No se trata de un fenómeno completamente novedoso en sí mismo; lo que ahora tenemos enfrente es algo que tiene matices distintos, sobre todo en el caso de los movimientos o declaratorias que pretenden lograr la autonomía de los pueblos indígenas mediante figuras tales como el "municipio autónomo", el "municipio indígena", resurgidos con renovado impulso a la raíz del movimiento zapatista en el estado de Chiapas, y que después de 1994 aparecen en Guerrero, Hidalgo y Michoacán. Se trata de la irrupción aguda de un conjunto de demandas latentes que tienen una añeja genealogía y que forman parte de un pasado mexicano no reconocido. Pero, más allá de esto, la efervescencia en torno a la formación de nuevos municipios, indistintamente del carácter etnopolítico de quienes la impulsan, se enmarca en un contexto de profundos cambios sociales y políticos, lo cual le da al fenómeno una significación que merece ser analizada.

 

 

 

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