Durante más de medio siglo, Jalisco tuvo un sistema político autoritario de democracia limitada que se mantuvo más o menos estable en sus rasgos esenciales. Un régimen constitucional republicano y democrático que no se cumplía; un sistema de partidos donde no había competencia. El sistema tradicional tuvo como contraparte un entorno social en el que valores como la participación política libre eran minimizados frente a la obtención de beneficios provenientes del gobierno. Tres elementos se combinaron para propiciar la crisis de este sistema: la cultura política de los jaliscienses cambió y adquirió rasgos de modernidad que resultaron incongruentes con el sistema tradicional; ante la falta de competencia, el desempeño gubernamental cayó en la autocomplacencia; mientras tanto, creció y se consolidó un partido de oposición, el PAN, cuya presencia modificó la función tradicional del sistema de partidos y de los procesos electorales. El triunfo de este partido en las elecciones de 1995 confirmó que la crisis, lejos de resolverse en un endurecimiento del autoritarismo, ha encontrado como salida la transición hacia un sistema con visos democráticos.

Índice /Introducción. 1ra. parte Modernidad política /Los sistemas políticos /Transición hacia un sistema político democrático. 2da. parte Poderes constitucionales y procedimientos formales /Subsistema de partidos /El juego de las cúpulas. 3ra. parte La transición política nacional /La descomposición de la democradura /Problemas para la transición /Conclusiones /Epílogo /Bibliografía /UdeG, 1997, 193 pp.

 

 

 

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